lunes, 14 de junio de 2010

Cerca de un 30% de malagueños están sometidos a niveles de contaminación acústica superior a lo permitido

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Al menos un 30 por ciento de los malagueños están sometidos a niveles de contaminación acústica superior a lo permitido, según los datos de la Oficina del Defensor del Ciudadano de la Diputación de Málaga, que ha recibido más de 400 quejas y consultas realizadas por colectivos vecinales que soportan niveles de ruidos por encima de lo permitido, establecido en 50 decibelios, "y que provocan trastornos y la sensación de inactividad de las administraciones a la hora de abordar el problema".
Así, la Oficina del Defensor del Ciudadano de la Diputación de Málaga presentó hoy una publicación de actuación en la que puede ampararse el ciudadano para evitar y combatir la contaminación acústica en la provincia.
'No al ruido', que es el título de la guía, ofrece a la ciudadanía las normativas y vías de reclamación en las que puede ampararse en el caso de sufrir los excesos del ruido en su vida cotidiana. Asimismo, con la publicación del libro se pretende responder a la problemática planteada por muchos ciudadanos de la provincia sobre la contaminación acústica.
El Defensor del Ciudadano, Francisco Gutiérrez, indicó que con esta edición se pretende "hacer ver a los ciudadanos que no hay que resignarse por el ruido, sino que hay vías para luchar contra él, de hecho, ya hay jurisprudencia sobre el asunto que ha dado la razón a los vecinos que lo sufren".
Además, afirmó que la guía, de la que se editaron 500 ejemplares, estará a disposición de toda la persona que la requiera en la propia página web del Defensor, en la red social Facebook y, además, se atenderán las peticiones por correo electrónico y en la propia oficina.
Contaminación
La contaminación acústica no es cuestión de molestia o incomodidad, dado que su presencia desencadena desde leves a graves daños en la salud humana. En este sentido, se conocen efectos psicológicos y sociales, como estrés, irritabilidad, falta de concentración, problemas de comunicación, perturbación del sueño, etcétera.
Además, indicaron que el ruido generado por la actividad humana es la parte de contaminación ambiental que afecta "seriamente a nuestro entorno pero, irónicamente, es el que menos atención suscita". En general, precisaron que existe una "baja sensibilidad social", ante este problema, posiblemente debido "a una falta de conciencia o a un desconocimiento sobre sus efectos nocivos en la salud humana y tan sólo cuando este nos afecta directamente, reaccionamos ante su presencia".
Por otro lado, manifestaron que según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en España el 30 por ciento de la ciudadanía sufre de ruidos procedentes del exterior de sus hogares, un problema de salud pública "casi siempre ignorado por las autoridades".
De las quejas tramitadas por la Oficina o derivadas al Defensor del Pueblo Andaluz, destacaron los ruidos de ocio como en bares, terrazas, pub, discotecas, puertos deportivos como los de los municipios malagueños de Benalmádena y Estepona, además del centro histórico de Málaga: plaza Uncibay, la calle Granada o plaza de Mitjana.
Asimismo, destacan las quejas por las aglomeraciones como los 'microbotellones' en plazas y jardines de barriadas como Huelin, El Palo o La Goleta; por el tráfico rodado en las viviendas junto a autovías sin pantallas aislantes, motos, coches, discotecas, como en las zonas de Guadalmar, El Copo y Churriana.

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