- Son el 20% de los que residen en grandes núcleos urbanos.
- Sufren más trastornos cardiacos y ansiedad.
- Niños y ancianos, los más vulnerable
Cumplen a rajatabla con su rutina, pero no lo hacen en silencio: 1.073.735 madrileños realizan a diario sus tareas cotidianas acompañados por el exceso de ruido, es decir, niveles superiores a los 65 decibelios, lo que supone un grave riesgo para su salud, según explicaron este jueves especialistas del Colegio de Médicos de Madrid con motivo del inicio de la Semana Europea de la Movilidad.
El 20% de quienes viven en zonas urbanas (núcleos de más de 50.000 habitantes) padecen contaminación acústica, sentencia Alberto López Rocha, vocal de médicos titulares y rurales del colegio de facultativos madrileños. Y semejante situación acarrea serios problemas de salud: "El riesgo de padecer enfermedades cardiacas se incrementa en un 20%", apostilla.
Pero no sólo las patologías cardiacas corren el riesgo de dispararse. "Depresión, ansiedad, hipertensión, trastornos de la personalidad, agresividad, insomnio, úlceras estomacales, hiperactividad y dolores musculares" son algunos de los cuadros clínicos que presentan quienes viven sometidos a ruidos excesivos.
Menos rendimiento
Además, desde Diputación se informa que la solicitud para la colocación de pantallas antiruido en la N-I dirección Irun a su paso por Lasarte-Oria, a la altura de Loidi-kale, se recogía ya en el estudio de detalle elaborado para este municipio como desarrollo de los mapas estratégicos de ruidos de la red viaria guipuzcoana.
La situación es especialmente delicada en el caso de los menores y los ancianos, a quienes les cuesta más recuperarse de las descargas de adrenalina que genera la contaminación acústica, señalan los médicos. Además, en el caso de los niños se vincula también a problemas de concentración, aprendizaje y escaso rendimiento.
Y no sólo el ruido del tráfico preocupa a los especialistas. "La construcción, el ocio, los vecinos o los gritos del compañero de trabajo" son otros puntos donde se originan más ruido del aceptable.
Lo saben bien los más de 60.000 madrileños de la capital que en 2009 interpusieron denuncias por este motivo, un 30% más que las presentadas el año anterior. Una situación a la que el Consistorio respondió endureciendo las sanciones: en 2009 puso 1.171 multas por hacer ruido, un 263% más que los expedientes abiertos en 2008 (263).
Los hogares, foco de ruidos
Son los más ruidosos, aunque no los únicos. Se trata de los espacios vinculados al ocio nocturno y a la práctica del botellón. En el caso de la capital, los distritos de Centro, Chamberí y Salamanca son los que más sanciones acumularon en 2009 por este motivo. Pero tampoco la periferia se libra de la contaminación acústica. Lo saben bien los residentes de Barajas, donde sus problemas con el ruido no derivan de la marcha nocturna, sino del aeródromo. Y hay quien también lidia con vecinos muy molestos. En 2009 fueron multados en la capital 157 hogares, frente a los 12 de 2008.
José Mª Serrano, 48 años: "Tenemos las aeronaves en el salón"
José María, portavoz de la Asociación Contra el Ruido Ciudad Santo Domingo, y sus vecinos viven un infierno "desde que hace 10 años empezaran las ampliaciones de Barajas", explica. Fue entonces cuando las aeronaves empezaron a sobrevolar su urbanización (Ciudad Santo Domingo, en Algete).
Desde entonces, "la angustia, la ansiedad y el mal humor" acompaña a las familias de esta zona residencial. "Tenemos las aeronaves en nuestro salón", apostilla Serrano, que asegura que los vecinos viven con "humillación" el incumplimiento de la sentencia del Tribunal Supremo que en 2008 obligó a Aena a modificar el recorrido de los aviones para evitar sobrevolar esta urbanización madrileña. Pero dos años después, el fallo judicial aún no se ha ejecutado. "Vamos a continuar luchando, el tiempo que haga falta, hasta lograr que dejen de pasar aviones por nuestras casas".
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