lunes, 30 de agosto de 2010

Aumentan las pérdidas auditivas por ruido laboral

De los 1.415 casos de hipoacusias que se detectaron en 2009, el 79% se registraron en Euskadi

LEIRE ESCALADA | SAN SEBASTIÁN

Un empleado que trabaja de forma habitual en ambientes ruidosos, que superan los 80 decibelios, corre el riesgo de sufrir pérdidas auditivas. Los más afectados son los trabajadores de la construcción, las empresas manufactureras y la minería. El registro de actividades profesionales de la Seguridad Social (CEPROSS) cuantifica el número de trabajadores que padecen estas hipoacusias y señala un aumento en los últimos tres años. En 2007 se diagnosticaron 551 casos y, el año siguiente, ascendieron a 790. En 2009, la cifra alcanzó los 1.415 casos. De estos, el 78,88% eran trabajadores del País Vasco.
Ante esta situación, el sindicato CC.OO. Euskadi denuncia que «los servicios de protección son perfectos conocedores de las lesiones, aunque mayoritariamente las ignoran y no promueven la reducción del ruido laboral».
En lo que va de año, en España se han diagnosticado 1.009 trastornos de este tipo. Jesús Uzkudun, responsable de Salud Laboral y Medio Ambiente de CC.OO. Euskadi, asegura que «estas hipoacusias reconocidas representan una pequeña parte de las pérdidas auditivas existentes entre la población laboral». Añade que, en consecuencia, el año pasado «las mutuas se vieron obligadas a pagar más de 2.500.000 euros como indemnización a las personas afectadas, como lesiones permanentes no invalidantes». Señala que el baremo oscila entre los 1.010 y los 2.990 euros y reclama que «el Gobierno de Zapatero las mantiene congeladas como muestra del desprecio a las víctimas de accidentes de trabajo o enfermedades profesionales».
Petición de audífonos
Este problema también está aumentando la solicitud de audífonos por parte de los afectados. Los trabajadores reclaman a la mutua estas prótesis, utilizadas para paliar la deficiencia auditiva e impedir así que su calidad de vida varíe demasiado.
Desde CC.OO. Euskadi reconocen que esta enfermedad profesional a menudo no obliga al afectado a coger la baja laboral, pero no por ello es menos importante, pues tiene consecuencias concretas en la vida cotidiana de la persona. «Afecta a la comunicación y a las relaciones sociales de los trabajadores con la familia y los compañeros», subraya el titular de Salud Laboral y Medio Ambiente de CC.OO. Euskadi.
Además, Uzkudun destaca que el ruido no sólo lastima la capacidad auditiva de las personas, sino que también puede crear acúfenos, que hacen que la persona afectada escuche pitidos o sienta golpes en el oído.
Asimismo, trabajar en un entorno ruidoso «daña el sistema cardiovascular, aumenta el riesgo de accidentes y supone un serio peligro para las mujeres embarazadas». Por eso, el sindicato llama a la actuación «frente a la pasividad u ocultación de la mayoría de los médicos de los servicios de prevención, conocedores de las lesiones, tras el reconocimiento médico preventivo».
Uzkudun se cuestiona hasta qué momento los Servicios de Prevención seguirán «sin comunicar o favorecer la tramitación de las decenas de miles de hipoacusias» e indica la necesidad de «plantear al empresario la obligación de realizar inversiones y de adoptar medidas organizativas para reducir la exposición ruidosa de los trabajadores».
Para la acción sindical es evidente la «falta de compromiso» y reclama que se adopten medidas urgentes, tanto para que los afectados reciban indemnizaciones, como para que se prevenga la aparición del ruido en espacios laborales. «Es posible y hay desarrollo tecnológico suficiente».
En 2005, durante la Cumbre Europea reunida en Bilbao, se buscaron soluciones para combatir el ruido en el trabajo. Dos años más tarde, la Directiva de la Unión Europea sobre el Ruido estableció como límite de exposición diaria los 87 decibelios en jornadas laborales de ocho horas. A pesar de estas medidas, los sindicatos denuncian que las cifras de trabajadores que sufren pérdidas auditivas siguen aumentando.

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