Una familia denuncio ante el juez los ruidos continuos que habían sufrido en su vivienda durante cinco años
I.M.M. .
Pamplona ordenará la clausura del hipermercado Carrefour de Mendebaldea dentro de 10 días si en este plazo los responsables del centro comercial no solventan los problemas de ruido que genera el establecimiento y que afecta a los vecinos. El consistorio emitió ayer una resolución de "apercibimiento de clausura" que ha notificado al hipermercado y a los vecinos afectados, a los que el propio Ayuntamiento va a indemnizar con 9.000 euros en cumplimiento de una sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 2 de Pamplona del pasado mes de julio.
En la misma resolución conocida ayer el consistorio informa de que acudirá al comercio el "undécimo día hábil tras la notificación" a comprobar los niveles de ruido. "En caso de que persistieran los ruidos en los límites superiores a los recogidos en la normativa vigente, se procederá, en cumplimiento de la orden del juzgado, a clausurar la actividad".
El director del centro explicó ayer por la tarde que todavía no habían recibido la resolución municipal, que desde el centro trabajan en la solución del problema y que esperarán a hacer nuevas valoraciones.
La decisión del Ayuntamiento viene precedida de decenas de mediciones en una de las viviendas de un portal de la plaza Julio Altadill, incluso después de los requerimientos y sanciones municipales al hipermercado para que solucionara los niveles de ruido. La última prueba se llevó a cabo el pasado 1 de marzo, con resultados que superaban los 35 decibelios permitidos. El consistorio señala que ha instado "de forma reiterada" al centro comercial para que adoptara medidas, pero que el ruido persiste actualmente. El juez condenó a Pamplona "por no actuar" ante el exceso de ruido del centro durante más de cinco años y criticó al consistorio por no hacer lo suficiente para acabar con el problema.
La vivienda desde la que han partido las denuncias está situada sobre el hipermercado, que ha sido ocupado por los hijos de una pareja de Estella que cursaban sus estudios universitarios en la capital navarra. Una de las hijas, a la que se ha concedido una indemnización de 6.000 euros, vive allí desde 2003, mientras que el otro hijo, al que el juez le ha fijado la cuantía en 3.000 por llevar menos tiempo, desde 2007.
Según se recoge en la sentencia de julio de 2009, con el fin de averiguar la fuente de los ruidos, se inspeccionó el hipermercado, descubriendo una puerta con el mecanismo deteriorado y una escaleras metálicas ancladas "sin ninguna amortiguación" al pilar que está debajo de la vivienda. También se descubrió que cierta maquinaria produce un ruido de entre 30 y 35 decibelios, que respetan los niveles diurnos pero no los nocturnos.
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