JOSÉ MARÍA
El objeto y finalidad de la Ley del ruido (Ley 1.729/2003), es el de "prevenir, vigilar y reducir la contaminación acústica, para evitar y reducir los daños que de ésta pueden derivarse para la salud humana, los bienes o el medio ambiente".
Esta norma se aplica a todas las emisiones acústicas que se puedan producir, con la excepción, entre otras, de las originadas en el lugar de trabajo como consecuencia de la actividad laboral, que se regirá por la normativa sectorial sobre la materia.
Los hospitales españoles no solo están protegidos contra el ruido exterior por la indicada ley, sino también por normas propias de cada Comunidad Autónoma, por directivas europeas y, sobre todo, por Ordenanzas Municipales sobre el ruido.
Estas últimas regulan, con precisión y detalle, desde los niveles de emisión acústica de las actividades! ejercidas en la zona, hasta el proveniente del tráfico rodado. Todo ello orientado a conseguir que éstos no perturben la tranquilidad y sosiego que deben de tener estos establecimientos, por el bien de sus usuarios, pero sobre todo de los enfermos.
Resulta paradójico que esta protección no se tenga dentro del propio recinto hospitalario. He podido comprobar, con motivo de la estancia de mi mujer en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón, de Madrid, el intenso ruido que provocan los carros utilizados para el transporte interior de ropa, medicamentos, comida,… etc. Sobre todo cuando van vacíos. Estos constan, básicamente, de una jaula metálica, apoyada sobre una plataforma también metálica que se desliza sobre cuatro ruedas de rígido material sintético.
A veces, el mismo operario empuja dos ó tres carros, con lo cual el ruido se multiplica. El traqueteo de éstos por los largos pasillos del hospital, produce un intenso y penetrante ruido, comparable al de! un destartalado tren de mercancías atravesando un túnel.
Evitar estas gratuitas y perjudiciales molestias tiene fácil solución. Yo, entre otras soluciones, propongo que la jaula se apoye con firmeza, que ahora no la tiene, sobre unos cojinetes elásticos en la plataforma y que las ruedas sean de un material flexible (caucho, por ejemplo).
También, cambiar jaulas y plataforma, por un producto sintético y menos ruidoso, todo apoyado sobre ruedas silenciosas. No tengo duda de que este pernicioso ruido debe desaparecer, con la mayor celeridad posible, de todos los hospitales. Por eso, desde aquí, quiero hacer un llamamiento a las autoridades sanitarias para la solución del problema.
1 comentario:
muchas gracias me ha servido para un trabajo sobre la ordenanza de ruido en madrid que no lo encontraba por ninguuuuna parte de verdad mil gracias, este trabajo será lo que me haga sacar matricula de honor muchiisiimas gracias!!.
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