miércoles, 9 de septiembre de 2009

Inmunes al sonido del avión

El Plan de Aislamiento Acústico llega a su fase final para satisfacción de familias que han convivido con el ruido décadas · Vecinos piden ampliar el área de actuación
J. A. NAVARRO ARIAS

Vecina de Churriana observa avión
Rocío Jiménez, vecina de Churriana, observa desde su vivienda, ya insonorizada, el despegue de un avión del aeropuerto
En muchas de las viviendas del Distrito de Churriana ya consiguen conciliar el sueño con normalidad y por las noches cuentan ovejitas en lugar de aviones. Durante décadas, parte de este núcleo urbano de la capital malagueña, así como en la localidad de Alhaurín de la Torre, ha padecido -y aún sigue padeciendo según los casos- las consecuencias de vivir junto al aeropuerto. Es decir, los ruidos que generan los aviones en su fase de despegue y aterrizaje.

Pero este singular calvario ha llegado a su fin gracias al Plan de Aislamiento Acústico que lleva a cabo Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena). En la provincia malagueña, ya alcanza el 83,1% de ejecución total el citado proyecto, aunque hay vecinos que reivindican que se amplíe su área de actuación.

Se trata de un ambicioso proyecto con el que Aena busca soluciones que concilien la capacidad de operaciones del aeropuerto con el bienestar de los habitantes del entorno aeroportuario, siguiendo las disposiciones que establece la ley.

En la mayoría de viviendas donde se ha llevado a cabo el citado aislamiento, los resultados son satisfactorios, según los vecinos encuestados. En la capital malagueña, la mayoría de estas viviendas se localizan en el Distrito de Churriana y el proyecto suma el 83,7% de su grado de ejecución. En Alhaurín también se encuentra muy avanzado y se encuentra al 77,7%.

"Esto es como en las películas, abres la ventana y se escucha el ruido, cierras y no se oye absolutamente nada. Es una alegría", explica Rocío Jiménez, vecina del distrito de Churriana, concretamente de la zona del Camino de la Huertecilla.

Su vivienda tiene unas privilegiadas vistas a la pista de aterrizaje del aeropuerto de Málaga, donde la actividad en verano se multiplica, como bien saben los vecinos. "Ahora sin el aislamiento sería imposible, salen aviones cada tres minutos incluso por las noches", matiza Fernando Calderón, su marido.

Los responsables de la asociación de vecinos Pizarrillo-Pedrizas-La Noria-Animas, áreas donde se llevan a cabo principalmente los trabajos, reivindican que el proyecto de aislamiento debe ampliarse a todo el espacio que abarca la huella sonora del aeropuerto.

El secretario del colectivo, por ejemplo, vive en esta zona y aunque en su momento solicitó esta actuación, su vivienda aún no ha sido insonorizada. También dicen que hay dos empresas realizando los trabajos pero una de ellas no resulta efectiva. Pero Aena trabaja paso a paso para inmunizar a los vecinos del ruido de los aviones.

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